Sr Gallardón:
jueves, 8 de octubre de 2009
Certeza, que no corazonada.
Sr Gallardón:
viernes, 17 de abril de 2009
AHÍ ESTÁ, AHÍ ESTÁ, LA PUERTA DE ALCALÁ.
AHÍ ESTÁ, AHÍ ESTÁ LA PUERTA DE ALCALÁ Y
LA SONRISA DE "EL MEJOR ALCALDE EL REY".
lunes, 30 de marzo de 2009
EL ALCALDE SE PREOCUPA POR OTRAS COSAS.
Ya me he dado cuenta que esta blog no lo lee el Alcalde, ni los Concejales, ni los sindicalistas, ni casi nadie, pero como a mi no me leen y todo sigue empeorando, os dejo un artículo del viernes pasado en "El País".
La principal causa de los escándalos es el alto número de cargos de designación política en las instituciones nacionales, autonómicas y locales. Son redes clientelares que viven de que su partido gane las elecciones
VÍCTOR LAPUENTE GINÉ 27/03/2009
Para los que estudiamos la corrupción a nivel comparado, la reciente oleada de escándalos en España no representa ninguna sorpresa. Países como Francia, Italia, Portugal o España llevan años mostrando niveles de corrupción y de calidad de gobierno más parecidos a los de países autoritarios en vías de desarrollo que a los propios de democracias capitalistas avanzadas con décadas de pertenencia a la OCDE. ¿Qué factores separan a estos países, y en particular a España, de las democracias libres de corrupción?
Una primera tentación que hay que evitar es la de afirmar que la corrupción está en "nuestra cultura". Se trata de un argumento peligroso e intelectualmente poco satisfactorio, pero que, sin embargo, goza de cierto predicamento en algunos círculos -posiblemente los mismos que afirmaban no hace tanto tiempo que la democracia representativa o el capitalismo no tenían espacio en nuestra cultura mediterránea y/o católica. Como un creciente número de estudios está demostrando, la causalidad parece ir en todo caso en la dirección opuesta: los países desarrollan "malas" culturas -o culturas donde predomina la desconfianza social- como consecuencia de unos elevados niveles de corrupción.
Una segunda tentación a evitar es el impulso legalista, con mucho arraigo en España, uno de los países del mundo con una mayor proporción de abogados en sus administraciones. Desde la visión legalista, expuesta, por ejemplo, por el Tribunal de Cuentas en un informe sobre corrupción local, lo que explicaría la misma en España sería "la falta de regulación", que "permite un margen de discrecionalidad, no siempre acorde con la protección del interés público". Pero, ¿alguien puede de veras creer que la solución a la corrupción local consiste en regular todas y cada una de las actividades de estas administraciones?
Sorprende comparar la actitud de nuestro Tribunal de Cuentas con sus equivalentes nórdicos: en ellos, en lugar de artículos con detallados procedimientos, encontramos simplemente alguna presentación de powerpoint señalando que el objetivo es evitar una "deficiente contabilidad", dejando discreción casi absoluta a los auditores públicos sobre cómo llevar a cabo su labor de fiscalización.
Como la literatura moderna sobre corrupción señala, las causas de la corrupción no hay que buscarlas en una "mala cultura" o en una regulación insuficiente, sino en la politización de las instituciones públicas. Las administraciones más proclives a la corrupción son aquéllas con un mayor número de empleados públicos que deben su cargo a un nombramiento político. Y aquí, el contraste entre España y los países europeos con niveles bajos de corrupción es significativo. En una ciudad europea de 100.000 a 500.000 habitantes puede haber, incluyendo al alcalde, dos o tres personas cuyo sueldo depende de que el partido X gane las elecciones. En España, el partido que controla un gobierno local puede nombrar multitud de altos cargos y asesores, y, a la vez, tejer una red de agencias y fundaciones con plena discreción en política de personal. En total, en una ciudad media española puede haber cientos de personas cuyos salarios dependen de que el partido X gane las elecciones.
Esto genera diversos incentivos perversos para la corrupción. Los empleados públicos con un horizonte laboral limitado por la incertidumbre de las próximas elecciones son más propensos a aceptar o a solicitar sobornos a cambio de tratos de favor que los empleados públicos con un contrato estable. En segundo lugar, a diferencia de lo que ocurre en la mayoría del mundo occidental, donde los políticos locales están forzados a tomar decisiones junto a funcionarios que estarían dispuestos a denunciar cualquier sospecha de trato de favor, en España toda la cadena de decisión de una política pública está en manos de personas que comparten un objetivo común: ganar las elecciones. Esto hace que se toleren con más facilidad los comportamientos ilícitos, y que, al haber mucho más en juego en las elecciones, las tentaciones para otorgar tratos de favor a cambio de financiación ilegal para el partido sean también más elevadas.
¿Qué podemos hacer para reducir esta politización? La experiencia de otros países resulta ilustrativa. Por ejemplo, entre finales del siglo XIX y principios del XX muchas ciudades de Estados Unidos presentaban unos niveles de politización y corrupción tan estratosféricos como los reflejados en la película Gangs of New York, donde el gobierno de la ciudad aparece capturado por redes clientelares e incluso criminales. Unos años después, la extensa politización de las administraciones locales -y, de su mano, la corrupción- descendió de forma drástica gracias a reformas institucionales como la sustitución del tipo de gobierno strong-mayor (el tipo de gobierno local que predomina en España, en el cual un solo cargo electo, el alcalde y su mayoría de gobierno, acumula mucho poder) por el denominado city-manager. En esta nueva forma de gobierno, los cargos electos retienen la capacidad legislativa, pero el poder ejecutivo pasa a manos de un directivo profesional nombrado por una mayoría cualificada de concejales y por un periodo de tiempo no coincidente con el ciclo electoral, reduciendo así el grado de dependencia política.
Este tipo de gobierno, o variantes del mismo, ha sido adoptado en las administraciones locales de los países occidentales que presentan menores niveles de corrupción. En ellos, el partido que gana las elecciones tiene las "manos atadas" a la hora de hacer nombramientos, porque existe un directivo profesional que gestiona la organización administrativa, o bien debe llegar a amplios acuerdos con otras fuerzas políticas, incluyendo con frecuencia a las de la oposición, para nombrar a cargos públicos. En general, se trata de buscar mecanismos institucionales para que se seleccionen empleados públicos cuya continuidad en el cargo dependa de su competencia o mérito y no de su lealtad política.
Es importante subrayar que el nivel de competencia de los empleados no es sinónimo de lo que tradicionalmente se interpreta como sistema de mérito en España; es decir, unos funcionarios públicos seleccionados mediante oposiciones y con una plaza "en propiedad" de por vida, con independencia de su rendimiento. La evidencia empírica nos muestra que no es necesario tener una administración repleta de funcionarios para reducir la corrupción. Por ejemplo, los dos países menos corruptos del mundo en 2008, Suecia y Nueva Zelanda, eliminaron hace años el estatus funcionarial para la gran mayoría de sus empleados públicos, que en la actualidad se rigen por la misma legislación laboral que cualquier trabajador del sector privado.
¿Podemos aspirar en España a unas administraciones más flexibles y eficientes y, a la vez, menos corruptas? El principal obstáculo para ello es que aquí el debate público está atrapado entre dos visiones antagónicas e indeseables ambas. Por un lado, los partidos políticos que, amparándose en la rigidez tradicional de la administración pública, han fomentado instituciones que permiten una alta politización de la administración y, por tanto, generan corrupción. Por otro, los representantes de los cuerpos de funcionarios que abogan por el mantenimiento de un sistema de empleados públicos inamovibles. Quien obviamente paga las ineficiencias derivadas de la politización y de la rigidez administrativa son los ciudadanos.
Aunque esta situación parezca irreversible, la experiencia de otros contextos debe infundirnos optimismo. Cuando activistas como Richard Childs -hombre de negocios y promotor de un tipo de gobierno local basado en directivos profesionales como los existentes en el sector privado- iniciaron su improbable lucha contra la politización y la corrupción que asolaban la mayoría de niveles administrativos en Estados Unidos hace ya más de un siglo, se enfrentaron a redes clientelares cuyo poder parecía inexpugnable. Sin embargo, triunfaron porque fueron capaces de movilizar los intereses de aquellos que en última instancia generaban la riqueza del país, convenciéndolos de que ésta se estaba malgastando no con malas políticas públicas, sino con malos políticos, o mejor dicho, con la pervivencia de malas instituciones utilizadas por los políticos para sostener sus redes clientelares. ¿Podrá alguien en España movilizar esos intereses?
viernes, 13 de marzo de 2009
POR SI UD NO LO SABE
( DIBUJOS EXTRAIDOS DE INTERNET, si molestan o infringen alguna ley, lo tengo inconveniente en retirarlos )
Hace muchos días que no le escribo y no ha sido porque no haya querido, sino porque realmente me ha sido imposible.
En unos casos, he estado enferma, situación que arrastro desde hace tres o cuatro meses y contra la que lucho con todo mi ánimo y en otras porque el estrés al que estoy sometida no me lo ha puesto nada fácil.
En justicia, tengo que decir, que en otras ocasiones no he querido escribirle, porque he tenido miedo de no hacerlo de forma prudente y que por tanto pudiera comprometerme y en otras porque he pensado que no es nada probable que Ud lea estas cartas y que si lo hace la respuesta a las mismas seria perjudicial para mi.
Cuando el desaliento era grande, pensaba que si por alguna "casualidad" en las que no creo, Ud leyera estos personales mensajes, tal vez se reiría de mi y de mi inocencia al creer que le descubro algo desconocido.
Esta tarde, estoy aquí, porque quiero decirle que estoy entre los muchos funcionarios de los que Ud es responsable y que yo y mi entorno próximo estamos sufriendo una situación que públicamente no quiero calificar, pero que como bien le digo es la causa probable de enfermedades concretas de las personas del equipo, que la mejora de la gestión en estos cuatro meses últimos, nos tiene sumidos en el caos, la confusión, y la humillación, se suple el desconocimiento técnico con el estilo de mando absolutamente dictatorial, en el que los equipos de trabajo se esfuerzan desproporcionadamente con los medios técnicos y humanos de que se dispone, para sacar un trabajo que nunca se valora ni se estimula.
Esta semana se ha producido ese refrán que no se como empieza pero que dice algo así, " de fuera vendrán y de tu casa te echarán"
No hay un culpable, me pregunto si todos saben y todos callan y nosotros también callamos por miedo, por supervivencia, por carácter.
Solo Ud lo sabe, solo Ud puede preguntar por la verdad, salve a los válidos que los hay, haga causa y equipo con lo que lo merecen, no permita que los pactos, las ventas, las mentiras hayan traído y mantengan a aquellos que no saben, no quieren, no valen y además causan mucho dolor a las personas y grave perjuicio a la Institución. Creame, no deseo ninguna batalla, pero creame también cuando le digo que no me callaran.
Si es verdad que deseando las cosas se consiguen, le diré que yo deseo que se informe, que pregunte por su gente, que como yo no tenemos posibilidad de hacer nada sin salir "malparados" porque todos están en el mismo barco y los malos modos no se pueden demostrar.Le aseguro que valdría la pena, porque lo que está pasando en un servicio que debiera ser quién velara por que los trabajadores no sufrieran daños merece estudiarse.
viernes, 27 de febrero de 2009
ES IMPRESCINDIBLE SACARLO A LA LUZ Y QUE UD LO SEPA
Aunque se que no lee mis cartas, tal vez a quien por casualidad si lo haga, le habrá resultado extraño, que no me haya dirigido a Ud en tanto tiempo.
Hoy no puedo dejar de hacerlo aunque como desconocedora de las legislaciones que rigen estos temas de Internet, no quiero escribir nada que pueda ser motivo de sanción, por eso, y ante la necesidad de comunicarme mediante estas cartas particulares, voy a optar por escribir tratando de describir objetivamente la situación que a mi me está enfermando y a Ud le puede explotar cualquier día, sin ofender ni dar juicios de valor.
Ya sabe que soy funcionaria municipal, que me siento orgullosa de serlo y de ejercerlo y que en todos los años que llevo trabajando he visto compañeros que responden a la mala fama que los funcionarios tenemos y otros muchos, la mayoría, que cumplen sobradamente con la eficacia y la eficiencia que debe ser constante en el Ayuntamiento.
También habrá imaginado ya a estas alturas que me interesa la Prevención de Riesgos Laborales y como es natural la de mis compañeros y la mía propia.
Los últimos acontecimientos sucedidos en mi servicio son tan graves, incluyamos supuestamente, que creo que casi todos los funcionarios que lo integramos nos sentimos ofendidos, avasallados, maltratados, confusos y muchos de nosotros estamos acusando el stress, el exceso de trabajo y la absoluta falta de recursos humanos. Lo decimos, lo escribimos, pero es inútil, estamos siendo a mi parecer maltratados por un estilo de mando despótico de una persona de otra administración que apoyan los superiores sin darnos la oportunidad de expresión a la que tenemos derecho ni el respeto debido.
Si esta situación no varía, tendremos que defender nuestros derechos y nuestra salud con los medios legales que existan.
Creame que nunca nadie me habia tratado como si fuera una delincuente hasta ahora y en cuanto mi salud me lo permita, intentaré por el medio que encuentre terminar con una situación que Ud debe conocer y eliminar.
Le aseguro que estoy a su disposición y espero sus actuaciones.
jueves, 5 de febrero de 2009
EL ALCALDE ES UN TRIUNFADOR.
sábado, 17 de enero de 2009
AMBIENTE LABORAL MUNICIPAL
sábado, 10 de enero de 2009
LA FELICIDAD EN EL 2009 TAMBIÉN DEPENDE DEL ALCALDE.
No le he felicitado el nuevo año y he considerado que con esta carta podía hacerlo y al mismo tiempo, contarle la actualidad municipal que no le llegue fidelignamente y pedirle que me traiga algunos regalos, que iba a decir de reyes, pero mejor quiero decir regalos de Alcalde.
Por fin y para no cansarle, le voy a pedir mis deseos para el 2009:
Confie en los trabajadores municipales que no están próximos a Ud, ellos no esperan promociones ni mejores cargos, ni meter a los amigos, pero estan padeciendo situaciones muy dramáticas que deben evitarse y las depresiones y trastornos psicológicos aumentan tristemente.
Organice de una vez la prevención y no escuche a quién le diga que es fuente de muchos problemas, los problemas vendrán si no se respeta.
No consienta las "caretas" más que en carnaval y exija que le informen a cara descubierta y sin intermediarios.Que la nieve caida se lleve la falsedad y todo aquello que le rodee e impida que logre sus sueños infantiles. Ud lo merece.
LA ROSA ROJA ES PARA RECORDARLE QUE LA FELICIDAD DE MUCHOS TRABAJADORES DEPENDE DEL Sr ALCALDE.
FELIZ AÑO 2009.